
Mauricio Ochoa Urioste

Mauricio Ochoa Urioste es abogado, escritor y periodista boliviano. Fundador y director de El Faro 24, es un columnista reconocido por su estilo reflexivo y literario. Ha publicado poesía, análisis político y crónicas culturales, apostando por un periodismo independiente, crítico y comprometido con la verdad.


La encrucijada boliviana: justicia, educación y dignidad
¿Qué rumbo tomar?. Esa es la pregunta que Bolivia se hace desde hace décadas. Una nación atrapada entre promesas rotas, saqueos institucionales y una corrupción que parece haberse incrustado en lo más hondo de su tejido social. Pero para responder a esa pregunta —con honestidad y sin propaganda— es necesario mirar el pasado sin idealizaciones.

La unidad como horizonte, no como táctica temporal
Bolivia necesita unidad más allá de las elecciones: reformas profundas, respeto a la institucionalidad y un frente amplio que garantice democracia, justicia y libertad.

El pluralismo político como columna vertebral de la democracia
El pluralismo político es un pilar esencial de la democracia. En elfaro24.com defendemos la imparcialidad informativa y rechazamos toda dependencia de partidos, ONG’s u organismos internacionales.

La selectividad del TCP: una sentencia con sombras políticas
El reciente fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que anuló la convocatoria a la Séptima Sesión Ordinaria de la Asamblea Legislativa Plurinacional del 5 de junio de 2024, pone de manifiesto un problema recurrente en la justicia boliviana: la aplicación selectiva del derecho y la posible interferencia de intereses políticos en las decisiones judiciales.

Bolivia: diplomacia en ruinas y servilismo internacional
Bolivia ha dejado de ser un actor soberano en el escenario internacional. Mientras el mundo condena las agresiones de regímenes autoritarios, la diplomacia boliviana opta por la ambigüedad, el silencio y la sumisión ideológica. El servilismo del MAS en la ONU y la falta de estrategia en el MERCOSUR han llevado al país a un aislamiento peligroso. ¿Podrá Bolivia recuperar su voz antes de quedar atrapada en la irrelevancia global?.

Bolivia: un país en fila, esperando justicia, combustible y dignidad
El país se ha convertido en una eterna fila: para conseguir gasolina, para comprar gas, para buscar justicia. Mientras el pueblo espera, los poderosos siguen sin rendir cuentas, la corrupción se pasea impune y el Estado se reparte entre leales al régimen. ¿Hasta cuándo seguiremos en la fila de la desesperanza?

Evo Morales está fuera de carrera y el TSE tiene una última oportunidad para hacer lo correcto
El organismo electoral debe aplicar la ley sin titubeos, cancelar la personería de FPV y PAN-BOL y confirmar que Morales no puede postularse.

Bolivia al borde del aislamiento internacional: la vergonzosa pérdida de su voto en la ONU por una deuda mínima
La falta de pago de Bolivia a la ONU no es solo un impago administrativo, sino el reflejo de una crisis más profunda: un gobierno sin dirección, una diplomacia debilitada y una economía en deterioro que evidencian la incompetencia del presidente Luis Arce para gestionar las obligaciones internacionales del país.

La COB: de defensora de los trabajadores a aliada del poder
La Central Obrera Boliviana (COB) ha dejado de ser la voz combativa de los trabajadores para convertirse en una sombra dócil del poder. En tiempos donde el pueblo boliviano enfrenta una crisis económica palpable, con la escasez de dólares golpeando sectores productivos y un mercado informal cada vez más fuerte, su dirigencia prefiere repetir el discurso oficialista en lugar de exigir soluciones reales.

Diez medidas que pueden paliar la crisis energética
El anuncio hecho público por el Presidente boliviano, Luis Arce, para frenar al menos parcialmente la crisis energética en el país es una buena señal, pero tiene sus grandes bemoles.

Bolivia en la cuerda floja: inacción, crisis y una economía al borde del colapso
Bolivia enfrenta una crisis energética y económica sin precedentes, y el gobierno parece seguir atrapado en la negación. La escasez de dólares ha paralizado la capacidad del Estado para importar combustibles, poniendo en riesgo el abastecimiento interno y llevando al país a un escenario de colapso. Mientras el oficialismo insiste en repetir discursos vacíos y atribuir la crisis a factores externos, el tiempo se agota y la realidad es clara: Bolivia no tiene dólares suficientes para sostener su modelo económico basado en subsidios y dependencia de importaciones.