El Ministerio de Salud hutí confirmó que al menos nueve personas murieron y otras nueve resultaron heridas en los bombardeos que impactaron posiciones insurgentes en Saná, la capital de Yemen. Se trata de uno de los ataques más significativos desde que la administración Trump intensificó su respuesta militar en la zona.
Trump justificó la acción con un duro mensaje en su red Truth Social, en el que advirtió a los hutíes que "el infierno lloverá" sobre ellos si no detienen sus agresiones. "Nuestros valientes combatientes están llevando a cabo ataques aéreos contra las bases, los líderes y las defensas antimisiles de los terroristas para proteger los activos marítimos, aéreos y navales estadounidenses", declaró.
"Ninguna fuerza terrorista impedirá que los buques comerciales y navales estadounidenses naveguen libremente por las vías navegables del mundo", enfatizó Trump, añadiendo que utilizará "una fuerza letal abrumadora" hasta restaurar el orden en la región.
El presidente republicano criticó la estrategia de su predecesor, Joe Biden, calificándola como "patéticamente floja" y argumentando que su falta de respuesta permitió que la crisis en el mar Rojo se prolongara. Según Trump, "esta situación ha costado miles de millones de dólares y ha puesto en riesgo vidas inocentes".
La Casa Blanca responsabilizó nuevamente a Irán por el respaldo que brinda a los hutíes, acusándolo de armar y financiar su campaña militar. "Irán debe detener inmediatamente su apoyo a estos terroristas o enfrentará graves consecuencias", advirtió Trump.