El sector agropecuario ha sido uno de los más perjudicados. Productores de los valles cruceños han reportado dificultades para transportar sus cosechas debido a la falta de diésel, lo que ha generado incrementos en los precios de alimentos básicos como el pollo, el arroz y el aceite. En los mercados de Santa Cruz y La Paz, comerciantes han alertado sobre la posibilidad de más aumentos si la crisis persiste.
El transporte público también enfrenta dificultades. Choferes denuncian que deben esperar hasta seis horas para repostar combustible, lo que ha reducido la frecuencia de los servicios y ha generado retrasos en la movilidad urbana. Algunos municipios han empezado a suspender la recolección de basura y otros servicios esenciales debido a la falta de combustible para operar sus vehículos.
En Santa Cruz de la Sierra, el alcalde Jhonny Fernández ha declarado estado de emergencia, advirtiendo que el abastecimiento de alimentos y transporte urbano está en riesgo. Fernández ha pedido al Gobierno que tome medidas urgentes para normalizar el suministro de carburantes y evitar el colapso de la economía local. Mientras tanto, en El Alto, los transportistas han anunciado un paro indefinido desde el lunes 17 de marzo como medida de presión ante la escasez.
El Gobierno ha intentado implementar estrategias como la flexibilización en los horarios de distribución de combustible y el uso de reservas estratégicas. Sin embargo, sectores críticos han calificado estas acciones como insuficientes, señalando que la raíz del problema es la dependencia del país en la importación de hidrocarburos, en un contexto de escasez de divisas que dificulta las compras internacionales.
Analistas económicos advierten que esta crisis podría intensificar la inflación y generar mayor descontento social. Las protestas de transportistas y productores continúan en aumento, y sindicatos han advertido que, de no haber una solución inmediata, podrían sumarse a movilizaciones a nivel nacional en los próximos días.
Fuentes: