El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió este martes a Israel que "calme" su ofensiva, tras acusar tanto a Israel como a Irán de haber violado el alto el fuego que él mismo anunció horas antes en un intento por frenar la escalada del conflicto.
ActualidadHoy
Redacción
"Tengo que lograr que Israel se calme ahora", declaró Trump antes de partir hacia la cumbre de la OTAN en La Haya. "Israel, en cuanto hicimos el trato, salió y descargó una cantidad de bombas como nunca antes había visto, la mayor carga que hemos visto", añadió, visiblemente molesto.
Trump afirmó que "básicamente tenemos a dos países que han estado luchando tanto y tan duro que ya no saben lo que están haciendo". El mandatario expresó su especial decepción con Israel, asegurando que "se desenganchó del acuerdo muy rápidamente tras haberlo aceptado". En un tono inusualmente severo, escribió en su red Truth Social: "ISRAEL. NO ENVÍES ESAS BOMBAS. SI LO HACES, ES UNA VIOLACIÓN MAYOR. HAZ VOLVER A TUS PILOTOS, ¡YA!"
Por su parte, el Ministerio de Salud iraní actualizó el balance de víctimas desde el inicio de la guerra, el 13 de junio: al menos 610 civiles muertos y más de 4.700 heridos, incluidos 13 niños —el menor de apenas dos meses— y cinco médicos o socorristas fallecidos en bombardeos israelíes. "En los últimos 12 días, los hospitales se han enfrentado a escenas extremadamente dolorosas", lamentó el portavoz Hossein Kermanpour en la red X (antes Twitter).
Israel, por su parte, aseguró que respondió a nuevos lanzamientos de misiles desde Irán, lo que motivó los recientes ataques de “alta intensidad” sobre objetivos iraníes, pese al cese de hostilidades anunciado por Washington.
Agencias.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió este martes a Israel que "calme" su ofensiva, tras acusar tanto a Israel como a Irán de haber violado el alto el fuego que él mismo anunció horas antes en un intento por frenar la escalada del conflicto.
La frágil tregua entre Israel e Irán, anunciada la pasada madrugada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y aceptada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, apenas ha sobrevivido unas horas.
Durante los últimos doce días, el mundo ha sido testigo de un conflicto sin precedentes entre Irán, Israel y Estados Unidos, con consecuencias que podrían haber desencadenado una conflagración regional de dimensiones catastróficas.
En definitiva, la acción no es más que un ataque “preventivo” –y, por tanto, ilícito– frente a una amenaza futura incierta. Se trata de un caso equiparable a la agresión estadounidense de Irak de 2003.
Este tipo de mensajes provocan distorsiones cognitivas en la audiencia mediante el contraste entre “nosotros” (los patriotas que desean salvar al mundo) y “ellos”, y la magnificación intencional de la amenaza.
La frágil tregua entre Israel e Irán, anunciada la pasada madrugada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y aceptada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, apenas ha sobrevivido unas horas.
Durante los últimos doce días, el mundo ha sido testigo de un conflicto sin precedentes entre Irán, Israel y Estados Unidos, con consecuencias que podrían haber desencadenado una conflagración regional de dimensiones catastróficas.
La región del Golfo Pérsico vive horas de máxima tensión tras las explosiones registradas en Doha, capital de Catar, como consecuencia de un ataque con misiles iraníes dirigido a bases estadounidenses.
La abogada iraní y premio Nobel de la Paz 2003, Shirin Ebadi, ha lanzado un llamado urgente al pueblo de Irán para que aproveche el momento actual de extrema debilidad del régimen y exprese su rechazo al gobierno de la república islámica.
El ataque, según Libération, dejó a Europa descolocada, truncando sus aspiraciones de reactivar las negociaciones con Teherán y confirmando su rol subordinado frente a Washington.
La tensión en Oriente Medio ha escalado a niveles que no se veían en años, tras una serie de ataques militares y declaraciones que reconfiguran el tablero estratégico de la región.
Debemos preguntarnos también en qué medida las narrativas climáticas forjan el producto mismo de la narrativa, es decir, en qué medida y de qué forma la producción discursiva del capitalismo verde o del decrecimiento reflejan luchas de poder características de las sociedades del capitalismo global.
En una noche que ya figura entre las más tensas y decisivas de la historia reciente del Oriente Medio, Estados Unidos e Israel lanzaron un devastador ataque contra instalaciones nucleares iraníes, desatando una tormenta de represalias que amenaza con arrastrar a la región —y al mundo— al borde de una conflagración mayor. Entre advertencias de la ONU, misiles cruzando el cielo y ciudades en vilo, la diplomacia lucha por abrirse paso en un escenario que se oscurece a cada hora.
La escalada entre Israel e Irán, con la implicación directa de Estados Unidos, marca un punto de inflexión peligroso para la estabilidad global.
La región del Golfo Pérsico vive horas de máxima tensión tras las explosiones registradas en Doha, capital de Catar, como consecuencia de un ataque con misiles iraníes dirigido a bases estadounidenses.
Durante los últimos doce días, el mundo ha sido testigo de un conflicto sin precedentes entre Irán, Israel y Estados Unidos, con consecuencias que podrían haber desencadenado una conflagración regional de dimensiones catastróficas.