Trump, Hegseth y el golpe al programa nuclear iraní: la demostración del poder estadounidense

La Operación Midnight Hammer, ordenada por el presidente Donald Trump, representó el mayor ataque contra las instalaciones nucleares de Irán jamás registrado.

ActualidadEl domingoRedacciónRedacción
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Foto:Pixabay.

Desde el Pentágono, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, General Dan Caine, detallaron lo que calificaron como un éxito “increíble y abrumador”, una operación sin precedentes que, según sus palabras, ha “devastado” el programa nuclear iraní.

La voz de Hegseth: “Cuando Trump habla, el mundo debe escuchar”

En un tono enérgico y triunfal, el secretario de Defensa Pete Hegseth elogió el liderazgo de Trump, atribuyéndole la capacidad de haber logrado lo que “muchos presidentes habían soñado”: asestar el golpe definitivo al programa nuclear de Irán.

“La operación que el presidente Trump planeó fue audaz y brillante, mostrando al mundo que la disuasión estadounidense está de vuelta. Cuando este presidente habla, el mundo debe escuchar, y con el ejército de Estados Unidos, podemos respaldarlo”, afirmó Hegseth.

Subrayó que no se trató de una ofensiva indiscriminada: los ataques estuvieron dirigidos exclusivamente a instalaciones nucleares, evitando deliberadamente blancos civiles o fuerzas convencionales iraníes. Hegseth insistió en que Estados Unidos no busca la guerra, pero advirtió: “Actuaremos con rapidez y decisión si nuestros ciudadanos, aliados o intereses son amenazados. Irán debería escuchar al presidente y saber que lo dice en serio, palabra por palabra”.

La operación: precisión, magnitud y contundencia

El general Dan Caine, en una comparecencia conjunta en el Pentágono, ofreció detalles operativos que dan cuenta de la complejidad y magnitud de la misión.

Según Caine, el ataque constituyó el mayor despliegue de B2 Spirit en la historia, involucrando a siete bombarderos que despegaron del territorio continental estadounidense y volaron al este para golpear tres objetivos nucleares iraníes. La operación, que utilizó maniobras de engaño sobre el Pacífico y escoltas de cazas para asegurar la llegada del grupo principal, implicó más de 125 aeronaves estadounidenses.

Por primera vez se desplegaron en combate bombas MOP (Massive Ordnance Penetrator) de 30,000 libras: 14 de estas gigantescas bombas impactaron dos de los complejos nucleares. A ello se sumaron más de 24 misiles de crucero Tomahawk lanzados desde un submarino estadounidense sobre objetivos en Isfahan.

“Fue una misión compleja y de alto riesgo, ejecutada con una habilidad y disciplina excepcionales por nuestra fuerza conjunta”, dijo Caine.

La ausencia de resistencia iraní, ni por parte de sus defensas antiaéreas ni de su aviación, facilitó el éxito del ataque. Algunos de los aviones estadounidenses continuaban en vuelo al momento de la conferencia de prensa, confirmaron las autoridades.

Una advertencia clara: “Cualquier represalia sería una elección increíblemente pobre”

La administración Trump dejó claro que cualquier intento de respuesta por parte de Irán sería respondido con una fuerza aún mayor. El general Caine fue contundente:

“Nuestras fuerzas están en máxima alerta y completamente preparadas para responder a cualquier represalia iraní o ataque de sus aliados. Sería una elección increíblemente pobre por parte de Irán intentar una represalia. Defenderemos a nuestros ciudadanos y nuestros intereses con toda la fuerza necesaria”.

Un mensaje al mundo: la era de la disuasión, según Trump

La narrativa presentada desde el Pentágono refuerza el mensaje que la Casa Blanca desea proyectar: la restauración del poder disuasorio de Estados Unidos. La operación no solo buscó desmantelar el programa nuclear iraní, sino reafirmar el compromiso estadounidense con la defensa de sus aliados y sus intereses estratégicos.

“Cuando Trump habla, el mundo debe escuchar”, repitió Hegseth, en lo que ya parece erigirse como el nuevo lema de la política exterior de la administración.

El dilema que se abre

Más allá de la contundencia militar, el ataque plantea interrogantes sobre la estabilidad de la región y el futuro del equilibrio estratégico. Con Irán golpeado pero no derrotado, y con un escenario donde la represalia parece probable, el mundo entero contiene la respiración ante lo que podría ser el inicio de un nuevo ciclo de confrontación directa en Oriente Próximo.

Agencias y RR.SS. 

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