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La economía boliviana enfrenta una creciente crisis por la falta de dólares, problemas en el suministro de combustibles y una crisis de confianza en las instituciones. Expertos advierten sobre los riesgos para la estabilidad del país.
Economía20 de marzo de 2025La situación económica en Bolivia se ha vuelto cada vez más incierta debido a la escasez de dólares en el sistema financiero. Esta problemática ha dificultado las importaciones y generado un clima de desconfianza en los mercados. El economista y analista financiero Jaime Dunn señala que este fenómeno responde a una serie de factores, entre ellos el agotamiento de las reservas internacionales netas, la caída en las exportaciones y la falta de inversión extranjera.
“La falta de dólares está limitando las transacciones comerciales y generando una presión inflacionaria en productos importados. Estamos viendo un aumento en los costos de insumos esenciales para la producción, lo que eventualmente se traduce en un encarecimiento del costo de vida para los ciudadanos”, explica Dunn en su canal X.
A esta situación se suma la crisis de confianza en el sistema bancario, agravada por el colapso del Banco Fassil, que destapó serias irregularidades en la administración financiera y dejó a miles de clientes en la incertidumbre. La respuesta del Gobierno ha sido insuficiente para calmar los temores de una posible inestabilidad bancaria más amplia. “El problema no es solo la quiebra de Fassil, sino el daño colateral que ha generado en el sector financiero. Ahora, los ahorristas están más cautelosos y hay menos flujo de capital en la economía”, agrega el analista.
Otro punto crítico es el suministro de combustibles. En los últimos meses, Bolivia ha enfrentado problemas recurrentes en la provisión de gasolina y diésel, lo que ha derivado en largas filas en las estaciones de servicio y el encarecimiento de productos básicos debido a mayores costos logísticos. La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha atribuido esta crisis a problemas en la importación de combustibles, agravados por la falta de divisas y retrasos en los pagos a proveedores internacionales.
Dunn advierte que la incertidumbre económica también ha golpeado a la inversión privada, debilitando la confianza empresarial. “La incertidumbre sobre la política económica del Gobierno ha reducido las expectativas de crecimiento. Muchas empresas están optando por congelar inversiones y reducir costos, lo que podría traducirse en una menor generación de empleo y un estancamiento de la economía”, advierte.
Frente a este escenario, el Gobierno ha intentado aplicar medidas como restricciones cambiarias y acuerdos con sectores productivos para mantener el abastecimiento de bienes esenciales. Sin embargo, la falta de una política económica clara y la presión sobre las reservas internacionales hacen que las soluciones sean temporales.
Mientras tanto, la población sigue a la expectativa de las acciones que tomará el Gobierno para frenar la crisis. Comerciantes, transportistas y empresarios han manifestado su preocupación ante el impacto de la escasez de dólares y combustibles en sus actividades diarias. Para muchos, el futuro económico del país es cada vez más incierto y dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos meses.
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