El clima político previo a la cumbre del G20 en Johannesburgo llegó cargado de urgencias, reproches velados y un creciente temor a que la guerra en Ucrania ingrese en una fase decisiva marcada por presiones externas.
InternacionalAyer
RedacciónMientras las delegaciones afinaban sus discursos, los principales aliados de Kyiv preparaban un encuentro clave para fortalecer un plan de paz impulsado desde Washington, cuya versión actual es considerada inaceptable por Ucrania y vista con sospecha en varias capitales europeas.
El primer ministro británico, Keir Starmer, será uno de los anfitriones de esta reunión paralela entre socios occidentales. El objetivo: evitar que prospere la propuesta estadounidense tal como fue presentada y garantizar que cualquier negociación respete los límites fijados por Ucrania, especialmente en lo relativo a la integridad territorial.
Un ultimátum que sacude a Kyiv
La tensión se disparó luego de que el expresidente estadounidense Donald Trump —nuevamente figura central en la diplomacia norteamericana— insistiera en que Kyiv debe aceptar, en cuestión de días, un acuerdo que implica la cesión de territorio a Rusia y una serie de concesiones consideradas humillantes en el gobierno de Volodímir Zelenskyy. El plazo sugerido coincide con el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, una fecha simbólica que contrasta con la gravedad del conflicto.
Zelenskyy, en un mensaje solemne frente al palacio presidencial, advirtió que su país atraviesa “uno de los momentos más difíciles de su historia”. Según el mandatario, ceder ante las condiciones del plan significaría renunciar a libertad, justicia y dignidad, pilares sobre los cuales Ucrania ha sostenido su resistencia durante casi tres años de invasión.
Europa cierra filas, pero teme un giro brusco
En una muestra de apoyo coordinado, líderes como Emmanuel Macron, Friedrich Merz y el propio Starmer dialogaron con Zelenskyy para reafirmar que ninguna solución impuesta puede considerarse legítima. La postura común es clara: las condiciones de un acuerdo de paz deben ser definidas por Ucrania, no por Washington ni Moscú.
Desde Bruselas, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, subrayó que la forma en que termine esta guerra marcará el futuro de Europa. “No se puede premiar a un agresor con concesiones territoriales”, advirtió, insistiendo en que Rusia carece de cualquier derecho legal para reclamar ventajas después de haber iniciado la invasión.
Rusia celebra mientras aumenta la preocupación internacional
El presidente ruso, Vladimir Putin, reaccionó con un entusiasmo que hizo saltar alarmas en varias cancillerías. Afirmó que Kyiv vive “bajo ilusiones” si piensa que puede lograr la derrota de Rusia en el campo de batalla y que el plan estadounidense representa una salida “realista”. Su aprobación tácita refuerza las críticas de quienes consideran que la propuesta equivaldría a una capitulación disfrazada.
Mientras tanto, el conflicto vivo sigue generando muertes. Un ataque con drones ucranianos contra instalaciones energéticas en la región rusa de Samara dejó dos fallecidos, informó el gobernador local. El golpe ocurrió en la ciudad de Syzran y, aunque las defensas aéreas interceptaron parte del ataque, no evitaron la tragedia.
Sospechas por contactos entre enviados de Trump y un alto funcionario ruso
A este escenario tenso se suma un elemento de intriga diplomática. Funcionarios estadounidenses expresaron preocupación por una reunión celebrada en Miami entre representantes del círculo de Trump y Kirill Dmitriev, un emisario ruso que se encuentra bajo sanciones de EE.UU. Según diversas fuentes, en ese encuentro se discutieron líneas generales del plan propuesto para poner fin a la guerra, lo que plantea interrogantes sobre la coordinación —y los posibles intereses— detrás de la iniciativa.
El torneo todos contra todos entra en zona de infarto y El Alto se prepara para vivir una tarde que podría marcar el rumbo del campeonato. Always Ready y Bolívar se cruzan este domingo en el estadio Municipal con un choque que huele a final anticipada. El pitazo inicial está previsto para las 15.00, pero la tensión se siente desde mucho antes.
Seamos honestos: nadie se acuerda del 23 de noviembre. Ni siquiera en Perú, donde ocurrieron los hechos. La fecha se pierde entre el ruido de Junín (6 de agosto) y el estruendo de Ayacucho (9 de diciembre). Pero hace exactamente 201 años, ese día aparentemente anónimo, Antonio José de Sucre tomó la decisión más arriesgada de su carrera militar: lanzar a un ejército hambriento, mal equipado y profundamente dividido contra las últimas fuerzas del Imperio español en América del Sur.
Dentro de dos días, Portugal recordará los 180 años del nacimiento de Eça de Queiroz, y la fecha vuelve a traer a la superficie una certeza que nunca se ha ido: pocas figuras literarias han moldeado con tanta profundidad la identidad cultural de un país. Más que un novelista, más que un cronista, Eça fue el autor que enseñó a los portugueses a mirarse de frente, sin adornos, sin mitologías complacientes. Y quizá por eso sigue siendo tan moderno: porque la honestidad en la literatura nunca envejece.
La diplomacia occidental vuelve a reunirse este domingo, esta vez en Ginebra, en un clima de urgencia creciente y profunda incomodidad. Allí, representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, el E3 (Francia, Reino Unido y Alemania) y Ucrania intentarán descifrar cómo avanzar en un borrador de acuerdo que Washington ha presentado como una vía para detener la guerra, pero que Kyiv y varias capitales europeas consideran directamente inviable.
La imagen que quedará grabada de la COP30 no será la de un acuerdo histórico ni la de un giro climático global, sino la de un incendio improvisado devorando parte del recinto oficial en Belém. Un fuego inesperado que obligó a detener las negociaciones el penúltimo día, mientras las delegaciones buscaban con desesperación un consenso que nunca llegó.
La diplomacia occidental vuelve a reunirse este domingo, esta vez en Ginebra, en un clima de urgencia creciente y profunda incomodidad. Allí, representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, el E3 (Francia, Reino Unido y Alemania) y Ucrania intentarán descifrar cómo avanzar en un borrador de acuerdo que Washington ha presentado como una vía para detener la guerra, pero que Kyiv y varias capitales europeas consideran directamente inviable.
La imagen que quedará grabada de la COP30 no será la de un acuerdo histórico ni la de un giro climático global, sino la de un incendio improvisado devorando parte del recinto oficial en Belém. Un fuego inesperado que obligó a detener las negociaciones el penúltimo día, mientras las delegaciones buscaban con desesperación un consenso que nunca llegó.
La cumbre climática COP30, realizada en Belém, llegó a un acuerdo a pesar de haber estado al borde del colapso diplomático, un hecho que, en sí mismo, fue interpretado como una señal de que la cooperación entre casi 200 países todavía puede sostenerse en medio de un escenario internacional convulso. Sin embargo, el resultado final dejó conclusiones mixtas: algunos avances concretos, varios pasos fuera del proceso oficial y una sensación general de que la ambición climática volvió a quedar corta.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, afirmó que su país atraviesa uno de los momentos más críticos desde el inicio de la invasión rusa, tras conocerse que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha fijado un plazo de apenas días para que Kiev acepte un plan destinado a poner fin a la guerra, pero que, según funcionarios europeos y ucranianos, implicaría la renuncia a territorios actualmente en disputa.
La cuenta regresiva comenzó. La selección boliviana ya conoce todos los detalles de su estreno en el repechaje mundialista y lo hará ante Surinam, en un duelo que marcará el primer paso hacia el sueño de clasificar al Mundial 2026.
En el momento de eliminar definitivamente el Ministerio de Justicia, el Presidente boliviano, Rodrigo Paz, admitió públicamente una verdad conocida por la sociedad civil y la comunidad internacional: la persecución política orquestada por el Movimiento al Socialismo.
La tensión en el alto mando del Estado boliviano volvió a escalar este viernes. El vicepresidente Edmand Lara lanzó una nueva ofensiva pública contra el presidente Rodrigo Paz Pereira, esta vez a través de dos mensajes difundidos en TikTok, en los que puso en duda el compromiso del Gobierno con la depuración policial y denunció irregularidades en recientes designaciones dentro del Ejecutivo.
El presidente Rodrigo Paz participó este sábado en la inauguración de un nuevo frigorífico privado de Bovinsa, en Santa Cruz, una infraestructura que —según estimaciones empresariales— generará al menos 600 empleos directos. En el acto, el mandatario adelantó que la próxima semana entrarán en vigencia incentivos impositivos dirigidos a los productores, como parte de las primeras medidas económicas de su gestión.
El artículo de Gonzalo Mendieta Romero publicado en la columna Cartuchos de Harina del periódico digital La Brújula Digital el 06/09/2025, titulado “Los jesuitas sentenciados: ser impopular y estar a salvo”, es curioso. Es una columna que oscila entre la apología del delito, argumentos leguleyos y deslices freudianos. La columna en cuestión empieza con la cita de un hombre (Adlai Stevenson) que ha pasado a la historia de los EE. UU. asociado con el fracaso del país del norte en la Bahía de Cochinos, la invasión fallida a Cuba. La frase “ser impopular y estar a salvo” le pertenece a Stevenson.