Woody Allen: noventa años del genio neurótico que reinventó la comedia cinematográfica

Una crónica sobre el hombre que escribió cartas de amor a Nueva York, conquistó cuatro Oscar y vive hoy entre la aclamación y la controversia

EfeméridesEl lunesRedacciónRedacción

1 de diciembre de 2025

Ayer, cuando el reloj marcó la medianoche en Manhattan, Allan Stewart Konigsberg —conocido mundialmente como Woody Allen— cruzó el umbral de los noventa años. El hombre de las gafas de pasta negra, el neurótico por excelencia del séptimo arte, el poeta cinematográfico de la Gran Manzana, alcanzó esta cifra monumental con más de cincuenta películas a sus espaldas, cuatro premios Oscar en su vitrina, una primera novela recién publicada y una controversia que lo persigue como una sombra persistente desde hace más de tres décadas.

El cineasta neoyorquino cumple 90 años como uno de los mayores referentes del séptimo arte, en cuya trayectoria no han faltado sin embargo las polémicas por las que ha sido señalado y rechazado. Es, sin duda, uno de los creadores más influyentes del cine contemporáneo, aunque también uno de los más controvertidos de nuestra época.

 
I. DE BROOKLYN A BROADWAY: LOS ORÍGENES DE UN GENIO

El 30 de noviembre de 1935, en el seno de una familia judía del distrito de Brooklyn, nacía un niño destinado a revolucionar la comedia estadounidense. Sus padres, Martin Konigsberg —un taxista que también trabajaba de camarero— y Nettie Cherry, contable de profesión, jamás imaginaron que aquel pequeño tímido y ensimismado se convertiría en uno de los artistas más influyentes del siglo XX.

Como Allen cuenta en Días de radio, película llena de elementos autobiográficos como todas las suyas, su padre le ocultaba su verdadera profesión, por motivos desconocidos, desatando su imaginación. ¿Sería gángster o asesino a sueldo? La realidad era mucho más prosaica: era taxista. Pero esa capacidad para fabular, para construir mundos alternativos a partir de la realidad más mundana, ya estaba germinando en aquel niño de Brooklyn.

Woody Allen nació registrado como Allan Stewart Konigsberg. Hijo de un taxista y una contable, nunca fue buen estudiante ni demasiado sociable, pero sí un apasionado por la lectura, las películas, la música y el deporte. El joven Allan creció obsesionado con la magia, el cine y, sobre todo, con la música. Alrededor de los quince años audicionó para el programa de televisión The Magic Clown, donde hizo un truco llamado Passe-Passe Bottles. Pero como este truco incluía una botella de licor, no apareció en el programa ya que estaba dirigido principalmente a niños.

A los quince años comenzó a tocar el clarinete y lo toca diariamente desde entonces. Ese instrumento se convertiría en su compañero de vida durante más de siete décadas, una pasión paralela al cine que lo acompañaría hasta el presente.

En la primavera de 1952, Allan S. Konigsberg cambió su nombre a Woody Allen. Tenía dieciséis años y comenzaba a escribir chistes que enviaba a varios de los principales periódicos de Nueva York, esperando que fueran utilizados por algunos de los columnistas de cotilleos. Era tímido, no quería que sus compañeros de clase vieran su nombre si los chistes se publicaban, así que se inventó un seudónimo que lo acompañaría el resto de su vida.

Pronto sus gags fueron utilizados frecuentemente por Earl Wilson del New York Post, apareciendo anónimamente bajo la columna «Earl's Pearls». El camino hacia la fama estaba trazado, aunque todavía quedaban muchos años de trabajo duro, rechazos y aprendizaje.

Su interés por el cine lo llevó a matricularse en la Universidad de Nueva York y posteriormente en el City College, pero su falta de interés por los estudios formales lo condujo a abandonar ambas instituciones sin terminar la carrera. Como plan alternativo, comenzó a escribir chistes y guiones cómicos que enviaba por correo a varios escritores de Broadway. Su estilo único y la genialidad de sus textos encandilaron a varios de ellos, y así le surgió la oportunidad de trabajar como guionista en varios programas de televisión.

El neoyorquino, que a los 17 años se cambió el nombre legal a Heywood Allen, comenzó a cultivar de joven un sentido del humor que le llevó a publicar chistes en columnas de periódicos. Este período formativo, marcado por el trabajo incesante y la búsqueda de una voz propia, sentaría las bases de todo lo que vendría después.

 
II. EL NACIMIENTO DEL NEURÓTICO: LOS AÑOS DEL STAND-UP

Antes de convertirse en cineasta, Woody Allen fue uno de los comediantes de monólogos más originales de su generación. Este genio del cine desde muy joven destacó por su talento para la comedia, escribiendo chistes y guiones para programas de televisión, antes de comenzar en la década de 1960 su carrera como comediante de stand-up, donde desplegó un estilo de humor nervioso, intelectual y lleno de referencias culturales y psicoanalíticas.

En paralelo comenzó a desarrollar una trayectoria como monologuista actuando en el Greenwich Village neoyorquino, actuaciones que le hicieron ganarse una incipiente popularidad que le abriría las puertas del cine. Su personaje escénico —un hombrecillo enclenque, torpe, obsesionado con la muerte, el sexo y el sentido de la existencia— se convirtió en su marca registrada.

Las neurosis, las inseguridades, los miedos existenciales: todo ello conformaba un repertorio que resonaba profundamente con el público urbano e intelectual de la época. Una de sus frases más célebres encapsulaba perfectamente su visión del mundo: «El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que se necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia».

Esta ironía típicamente alleniana, autocrítica, filosóficamente escéptica pero profundamente humanista, definiría toda su obra posterior. El joven comediante citaba a Kierkegaard y a Dostoyevski, hacía referencias a Ingmar Bergman y a Federico Fellini, pero siempre con un pie en el absurdo y otro en la ternura.

Una de sus primeras apariciones televisadas fue en The Dick Cavett Show el 20 de octubre de 1971, donde ya mostraba el dominio escénico y el timing cómico que lo caracterizarían toda su vida. El éxito en el stand-up fue el trampolín hacia Broadway y, eventualmente, hacia Hollywood.

Aunque es más conocido por sus películas, Allen ha disfrutado de una exitosa carrera en el teatro, comenzando ya en 1960, cuando escribió sketches para la revista De la A a la Z. Su primer gran éxito fue Don't Drink the Water, que se estrenó en 1968 y tuvo 598 funciones durante casi dos años en Broadway. Su éxito continuó con Play It Again, Sam, que abrió en 1969, protagonizada por Allen y Diane Keaton. El espectáculo tuvo 453 funciones y fue nominado para tres premios Tony.

 
III. DETRÁS DE LA CÁMARA: LA CONQUISTA DEL SÉPTIMO ARTE

Tras contraer matrimonio con Louise Lasser, actriz que intervino en varios de sus primeros largometrajes, Allen debuta como director con Toma el dinero y corre, hilarante pseudodocumental que sigue la carrera criminal de un ladronzuelo de tres al cuarto, interpretado por él mismo. Era 1969, y el debut de Woody Allen detrás de la cámara marcaba el inicio de una de las filmografías más prolíficas y consistentes del cine estadounidense.

Este debut en solitario, para el que también firmó el guion mano a mano con Mickey Rose y se reservó el papel principal (algo que acabaría siendo habitual en sus producciones), fue planteado en clave de falso documental. Toma el dinero y corre es un ejercicio de puro slapstick que tira de clásicos protagonizados por Buster Keaton y Charles Chaplin para desarrollar algunas escenas desternillantes.

Es una buena muestra de la primera etapa de su filmografía, marcada por comedias tan divertidas como ligeras: Bananas (1971), Todo lo que usted quiso saber sobre el sexo pero temía preguntar (1972), El dormilón (1973) y La última noche de Boris Grushenko (1975). Eran obras de humor absurdo, paródico, que ya mostraban su capacidad para mezclar lo intelectual con lo disparatado.

Annie Hall: El punto de inflexión
Una segunda etapa se inicia con Annie Hall, que supuso el gran punto de inflexión en su carrera, pues Allen empezó a hacer un tipo de cine más reflexivo, tragicómico, de mayor calado. Era 1977, y la historia de amor entre Alvy Singer, un cómico neurótico criado en Brooklyn, y Annie Hall, interpretada magistralmente por Diane Keaton, se convertiría en un clásico instantáneo del cine mundial.

Annie Hall es sin duda su película más premiada, tanto por su profundidad emocional como por romper con las convenciones de las comedias románticas tradicionales. La relación entre Alvy Singer y Annie Hall ha quedado grabada para siempre en la memoria colectiva, especialmente por sus ingeniosos diálogos y por su peculiar forma de tratar las relaciones sentimentales.

La película fue una obra introspectiva y una de sus obras maestras, que le valió el reconocimiento de crítica y público tras recibir el Oscar a Mejor Director y Mejor Guion, además de a Mejor Película y Mejor Actriz Principal para Diane Keaton. Su guion fue nombrado el guion más divertido por el Writers Guild of America en su lista de los 101 guiones más divertidos.

Annie Hall inaugura una de las temáticas favoritas del cineasta: el hombre que sabe lo que quiere (en este caso la chica ideal), que llega a conseguirlo y que finalmente acaba perdiéndolo por méritos propios. Esta estructura narrativa, esta exploración de las relaciones sentimentales condenadas al fracaso por las propias neurosis del protagonista, se convertiría en un leitmotiv de toda su filmografía posterior.

Tras ella llegó Interiores (1978), su primera película dramática, y otro de sus grandes éxitos, Manhattan (1979), un film protagonizado por él mismo junto a Diane Keaton y Meryl Streep cuya trama se desarrolla en blanco y negro con una célebre banda sonora influenciada por su música favorita, el jazz.

Manhattan es considerada como una de las películas más grandes de Allen. El argumento trata de un hombre que intenta lidiar con sus sentimientos mientras navega por la vida en Nueva York. Con un ingenioso guion y una espectacular fotografía, la convierten en un clásico indiscutible. Por Manhattan fue nominado al Oscar a Mejor Guion.

 
IV. MANHATTAN: LA CIUDAD COMO MUSA Y PERSONAJE

Si hay algo que define la filmografía de Woody Allen es su relación con Nueva York. La Gran Manzana no es simplemente el escenario de sus películas: es un personaje más, quizás el más importante de todos. Las calles de Manhattan, los cafés del Upper East Side, Central Park, el puente de Brooklyn: todos estos espacios aparecen retratados con una devoción casi religiosa en su obra.

«El nombre y la imagen de Allen evocaban imágenes e ideas, nociones y valores que servían de base para desarrollar sus personajes ficticios en la gran pantalla», escribió el crítico estadounidense Sam B. Girgus en su libro The Films of Woody Allen, de 1993.

Según Girgus, la imagen pública del cineasta, quien desde sus inicios fue visto como «director, actor y neurótico urbano», funcionaba como «un alter ego fantasmal para identificar y situar al personaje ficticio de Allen» retratado en sus películas.

Si realmente se retira, quedarán en su legado las múltiples cartas de amor a Nueva York que Allen escribió en sus películas, en las que entrelaza la ficción con elementos autobiográficos. Así lo reflejan obras como Annie Hall, sobre un cómico criado en Brooklyn y una relación sentimental fallida, o Manhattan, cuyo personaje principal escribe chistes para la televisión.

Su estilo, cargado de neurosis, humor y reflexiones sobre el amor, lo convirtió en una referencia inmediata del cine autoral estadounidense. Para muchos críticos, Allen logró construir un alter ego reconocible que se volvió parte de su identidad cinematográfica. Nueva York fue siempre su refugio creativo. El director llegó a describir su vínculo con la ciudad como «un amor irracional», una relación que plasmó en guiones que funcionan como retratos íntimos, a veces melancólicos y, en otras ocasiones, profundamente cómicos.

En una entrevista concedida en 2008 a The New York Magazine, Allen explicaba esta pasión: «La ciudad está llena de caos, y el caos es, para mucha gente, placentero. Hace poco vivía en un piso en Madison Avenue y todas las noches se oían ambulancias y sirenas. Era realmente una nana».

 
V. UNA FILMOGRAFÍA MONUMENTAL: CINCUENTA PELÍCULAS Y UN LEGADO IMPERECEDERO

Con más de 50 películas, títulos como Annie Hall y Manhattan se han consolidado como clásicos imprescindibles. Pero la filmografía de Allen va mucho más allá de estas dos obras maestras. A lo largo de más de cinco décadas, el director ha explorado prácticamente todos los géneros cinematográficos, desde la comedia absurda hasta el drama psicológico, desde el thriller hasta el musical.

En su carrera cinematográfica de más de 50 años, Allen ha recibido muchas nominaciones a los premios. Actualmente posee el récord de la mayor cantidad de nominaciones a los Premios de la Academia al Mejor Guion Original, con 16 nominaciones y tres ganadas (Annie Hall, Hannah y sus hermanas y Midnight in Paris). Allen ha sido nominado al Mejor Director siete veces y ganó por Annie Hall.

Tres de las películas de Allen han sido nominadas al Premio de la Academia a la Mejor Película: Annie Hall, Hannah and Her Sisters y Midnight in Paris.

Los años ochenta: La madurez artística
Durante las siguientes décadas, Woody Allen continuó cosechando grandes éxitos cinematográficos, siendo de destacar La Rosa Púrpura del Cairo (1985), ambientada en la Gran Depresión norteamericana, y Hannah y sus hermanas (1986).

La rosa púrpura de El Cairo es la película más hermosa e imaginativa del longevo director, protagonizada por Jeff Daniels y por una estupenda y encantadora Mia Farrow. Un loable ejercicio de cine dentro del cine que emplea la fantasía que ofrece este medio como vía para escapar de la monótona y aburrida realidad. Allen ha homenajeado a la radio, también al teatro, y aquí sería el turno del cine.

Hannah y sus hermanas es un retrato conmovedor de las relaciones familiares, siguiendo a tres hermanas (Mia Farrow, Dianne Wiest y Barbara Hershey) y sus complicadas vidas amorosas. Con un equilibrio perfecto entre humor y drama, se reconoce como una de las obras más queridas de Woody Allen, ganando tres premios Oscar.

Días de radio es la nostálgica cinta autobiográfica de Allen y una de las mejores películas sobre la radio de la historia del cine. Encuentra su dial en un repaso por las melodías y las vivencias de su infancia, con ciertas alusiones al contexto social y político de una época pasada, junto a algunos de los principales hitos de la era dorada de la radio.

Crímenes y pecados (1989) entrelaza dos historias: un oftalmólogo (Martin Landau) que enfrenta un dilema ético y un director de documentales (Woody Allen) atrapado en una crisis personal. Es una de las obras más profundas y complejas del director.

El nuevo milenio: Renacimiento europeo
Cuando muchos pensaban que sus mejores días habían quedado atrás, Woody Allen sorprendió al mundo con una serie de películas ambientadas fuera de Nueva York que demostraron que su talento seguía intacto.

Match Point (2005) es un thriller psicológico que marca un giro en el estilo de Woody Allen. Ambientada en Londres, la trama sigue a Chris (Jonathan Rhys Meyers), un hombre ambicioso cuya relación con una mujer fatal (Scarlett Johansson) pone en peligro todo lo que ha construido.

Vicky Cristina Barcelona (2008), protagonizada por Javier Bardem, Penélope Cruz y Scarlett Johansson, tiene como protagonista la Ciudad Condal, pero también Oviedo y Avilés. La película permitió a Penélope Cruz alzarse con el Oscar como Mejor Actriz de Reparto en 2009, convirtiéndose en la primera actriz española en ganar este premio.

Curiosamente, esta película fue responsable indirecta del romance entre Penélope Cruz y Javier Bardem. Tras la jornada de rodaje, tomaron varias copas juntos, y fue entonces cuando Bardem se armó de valor para decirle a Penélope lo que sentía por ella. Woody Allen tuvo un papel indirecto pero muy significativo en el inicio de su historia de amor, que dura ya tres lustros y cuyo broche de oro fue su boda secreta en Bahamas y el nacimiento de sus dos hijos, Leo y Luna.

Midnight in Paris (2011) es una encantadora comedia que se desarrolla en la mágica ciudad de París y ganó el Oscar al Mejor Guión Original. En ella, un escritor estadounidense (Owen Wilson) se ve transportado a la París de los años 20, donde se encuentra con algunos de los artistas más emblemáticos de la época.

Blue Jasmine (2013) es una de las películas de su filmografía que mejor sabe equilibrar el drama y la comedia, un producto sólido, con empaque y con la que Allen recuperaría cierto tono satírico cargado de mala leche apuntando directamente a la clase alta neoyorquina, al centrar el relato en Jasmine French, una mujer acostumbrada a la buena vida hasta que su marido es encarcelado. Cate Blanchett ganó el Oscar a Mejor Actriz por su interpretación.

Entre sus obras más reconocidas también figuran Cafe Society (2016), A Rainy Day in New York (2019) y Rifkin's Festival (2020), con Elena Anaya y Louis Garrel, una cinta ambientada principalmente en San Sebastián.

Coup de Chance: ¿El último adiós?
El director anunció hace años que planeaba retirarse, desmotivado por la reducción del número de semanas que permanecen los filmes en las salas de cine, y de momento Coup de Chance (2023) es su último largometraje.

Aunque dice que es su última película, y aunque nos cueste creerlo, lo cierto es que tiene todo el sentido. Pese a haberla rodado en París y por primera vez con nada de inglés en el guion, Golpe de suerte es puro Woody Allen neoyorquino.

 
VI. EL CLARINETISTA: LA OTRA PASIÓN DE WOODY ALLEN

Hay un Woody Allen que el gran público conoce menos: el músico. Allen es un apasionado fan del jazz, que a menudo aparece prominentemente en las bandas sonoras de sus películas. Ha tocado el clarinete desde la adolescencia.

La afición al jazz del neoyorquino se remonta a sus inicios en la televisión en la década de los sesenta. Allen comenzó tocando el saxo y luego se pasó al clarinete, el cual toca desde pequeño. Con este último instrumento participa actualmente —y desde hace años— con la banda New Orleans Jazz Band.

Los entendidos en la materia habrán pillado el homenaje en su nombre artístico a uno de los clásicos del jazz y de sus mayores ídolos: Woody Herman, clarinetista, saxofonista y director de orquesta. Aunque Allen ha desmentido esta teoría en su biografía, en más de una entrevista ha confesado que su amor por el jazz es incluso más poderoso que su amor por el cine.

Woody Allen and his New Orleans Jazz Band tocaban cada lunes por la noche en el Hotel Carlyle de Manhattan, especializándose en jazz clásico de Nueva Orleans de principios del siglo XX. Durante años, esta cita semanal se convirtió en una tradición para los amantes del jazz y los admiradores del director.

George Lewis es, sin lugar a dudas, el músico que más influenció a Woody Allen como ejecutante. El estilo rudo y sensible a la vez del clarinetista de Nueva Orleans llegó directamente al corazón de Woody.

El documental Wild Man Blues (dirigido por Barbara Kopple) documenta una gira europea de 1996 de Allen y su banda, así como su relación con Soon-Yi Previn. La banda ha lanzado dos CDs: The Bunk Project (1993) y la banda sonora de Wild Man Blues (1997).

El éxito que ha tenido con su filmografía le ha permitido tocar en lugares tan prestigiosos como el Royal Albert Hall de Londres. Su obsesión por el jazz alcanza tal nivel que, según dicen los rumores, llegó a cancelar su asistencia a una de las galas de los Oscar por acudir a un concierto.

En 2023, Allen actuó en Barcelona para inaugurar el Voll-Damm Festival de Jazz, demostrando que a sus casi 88 años seguía subiendo a los escenarios con su clarinete. «Siéntanse y relájense, haremos todo lo posible para entretenerles», anunció Allen tras tocar las dos primeras piezas. «Tocaremos todo tipo de piezas provenientes de New Orleans: himnos, marchas de desfile, ragtime, algunos blues… esperamos que se diviertan».

 
VII. LOS PREMIOS Y EL RECONOCIMIENTO: UN PALMARÉS EXTRAORDINARIO

Allen ha recibido muchos elogios y honores a lo largo de su carrera. Ha ganado cuatro premios de la Academia: tres al Mejor Guion Original y uno al Mejor Director. También obtuvo nueve premios de la Academia Británica de Cine.

En total, su palmarés incluye: cinco premios Oscar y 27 nominaciones; cinco Globos de Oro y 24 nominaciones; once premios BAFTA y 25 nominaciones.

Allen evita las ceremonias de premios, citando su subjetividad. Su primera y única aparición en los Premios de la Academia fue en los Oscar 2002, donde recibió una gran ovación. Como ícono de Nueva York, la Academia le había pedido que presentara un montaje cinematográfico de clips de la ciudad de Nueva York en las películas, que fue creado por Nora Ephron, para honrar a la ciudad después del 11 de septiembre.

En 2011, la cadena PBS televisó la biografía documental Woody Allen: A Documentary en su serie American Masters. En 2017, Allen recibió una ovación de pie cuando hizo una inusual aparición pública en la ceremonia de los premios del 45.º Tributo Anual a la Carrera de Toda Una Vida para Diane Keaton.

 
VIII. LAS INFLUENCIAS Y EL LEGADO: DE BERGMAN A LAS NUEVAS GENERACIONES

Allen ha dicho que fue influenciado enormemente por los comediantes Bob Hope, Groucho Marx, Mort Sahl, Charlie Chaplin, W.C. Fields, el dramaturgo George S. Kaufman, y los cineastas Ingmar Bergman y Federico Fellini.

Sus gafas son un icono del Séptimo Arte, tan famosas como el bastón de Charles Chaplin. Sus películas siempre parecen sumamente originales, y sin embargo no para de repetir elementos una y otra vez. Sus historias parecen frescas y actuales y sin embargo, rinden pleitesía a clásicos del cine mudo, como Buster Keaton, a los ingeniosos diálogos improvisados de Groucho Marx y a los directores de la screwball comedy. Sus historias parecen neoyorquinas y localistas, y sin embargo, se declara discípulo de directores europeos como Bergman y Fellini.

A su vez, Woody Allen ha influenciado a generaciones enteras de cineastas y comediantes. Muchos comediantes han citado a Allen como una influencia, incluidos Louis CK, Jon Stewart, Chris Rock, John Mulaney, Bill Hader, Aziz Ansari, Sarah Silverman, Seth MacFarlane, Seth Meyers, Bill Maher, Larry David, Albert Brooks, John Cleese y Garry Shandling.

Los cineastas que han citado a Allen como influencia incluyen a Wes Anderson, Greta Gerwig y Noah Baumbach.

 
IX. LAS SOMBRAS: CONTROVERSIAS Y POLÉMICAS

En la extensa trayectoria cinematográfica de Allen, en la que se ha ganado la aclamación de la crítica y cuatro premios Óscar, no han faltado sin embargo las polémicas, que han definido su carrera como una suma de luces y sombras.

Dylan Farrow, hija adoptiva de Allen y la actriz Mia Farrow —que ha protagonizado varias películas del cineasta—, lo acusó de haberla sometido a abusos sexuales cuando era una niña. Aunque las acusaciones fueron desestimadas y no se llegó a celebrar un juicio, la carrera de Woody Allen se vio afectada y hoy día muchos actores y productores rechazan trabajar con él.

Se realizaron dos investigaciones judiciales de los hechos, que en ambos casos exculparon a Woody Allen. Las exparejas de Allen, como la actriz Diane Keaton, salieron en su defensa y afirmaron que creían en su inocencia. Ninguna de las otras hijas de Allen, ni ninguna actriz con la que ha trabajado a lo largo de su carrera, ni ninguna otra mujer ha acusado jamás a Allen de actos impropios. El hijo de Mia Farrow, Moses Farrow, también defendió a Allen y acusó a Mia Farrow de abusos psíquicos y físicos a sus hijos adoptivos.

A esto se suma que en 1997, el director se casó con la hija adoptiva de Farrow, Soon-Yi, cuando ella tenía 21 años y él 56. Actualmente, ambos siguen casados.

La ruptura de Woody Allen con Mia Farrow fue uno de los mayores escándalos de la historia de Hollywood sobre el que, a día de hoy, existen todavía muchas incógnitas. Fue en 1992 cuando la actriz acusó al cineasta de abusos, poco después de conocer la relación que éste había iniciado con Soon-Yi, hija adoptiva de Farrow. Ríos de tinta corrieron en la década de los noventa sobre esta historia llena de graves acusaciones, incontables reproches y un polémico juicio.

Las polémicas han vuelto a intensificarse recientemente tras la publicación de los 20.000 correos de Jeffrey Epstein, en los que Allen figura como invitado frecuente a las cenas en su residencia. El director describió la mansión del financiero como «el castillo de Drácula, donde Lugosi tiene tres jóvenes vampiresas que atienden el lugar».

 
X. EL ESCRITOR: UNA NUEVA FACETA A LOS 90 AÑOS

Woody Allen no solo es cineasta, actor y músico. También es un prolífico escritor que ha publicado ensayos, relatos y obras teatrales a lo largo de su carrera. Pero a los 89 años, ha dado un paso más: ha publicado su primera novela.

Mientras las polémicas flotan a su alrededor, Allen ha demostrado una vez más su polifacética carrera: en septiembre publicó su primera novela, What's With Baum? (¿Qué pasa con Baum?).

La novela está a la altura de sus mejores ficciones, e incluso las supera si hablamos de ingeniosidad desatada. El héroe de esta historia cómica es Asher Baum, un escritor petulante e inadaptado que no logra hacerse un hueco en el mundillo literario y que se encuentra ridículamente paralizado por preocupaciones neuróticas sobre la futilidad y el vacío de la existencia.

Novela sumamente entretenida, repleta de esos momentos desternillantes y absurdos que sólo están al alcance de Woody Allen, ¿Qué pasa con Baum? recrea con un humor irreverente la escena cultural neoyorquina, las miserias de la vida familiar, el declive del amor en las parejas, el destino fatal de los que sin demasiados dones se sienten llamados a la gloria.

La historia que cuenta Allen en la novela podría ser el punto de partida de muchos de sus filmes. El personaje principal —un antihéroe marca de la casa— es Asher Baum, un escritor que no logra triunfar con sus novelas llenas de ideas filosóficas y se encuentra perpetuamente angustiado por preocupaciones neuróticas sobre la ausencia de sentido de vivir. Poco después de que el editor de sus libros le haya comunicado que no publicará ningún otro, Baum comienza a sospechar que su hermano, más joven y atractivo, está envuelto con su tercera mujer.

En marzo de 2020, la editorial neoyorkina Arcade Publishing publicó en Estados Unidos su libro de memorias A propósito de nada (Apropos of Nothing). Dos meses después llegó la versión en español, editada por Alianza Editorial.

 
XI. EL FUTURO: UNA NUEVA PELÍCULA EN MADRID

A sus 90 años, Woody Allen no tiene intención de retirarse. Contra todo pronóstico, el director prepara una nueva película que se rodará íntegramente en España.

La próxima película del director, actor y guionista estadounidense, ganador de cuatro premios Oscar, se rodará íntegramente en la Comunidad de Madrid y llevará el nombre de la capital en su título.

La película se denomina provisionalmente «Wasp 2026» —acrónimo de «Woody Allen Summer Project 2026»— y el plazo para su finalización es el 31 de diciembre de 2027.

A las puertas de cumplir los 90 años, el cineasta ha elegido Madrid como escenario principal y protagonista de su nueva cinta, que muy probablemente lleve la palabra «Madrid» en su título definitivo, debido a una exigencia contractual.

La Comunidad de Madrid ha comprometido 1,5 millones de euros para cofinanciar el largometraje. La suma se dividirá en tres pagos en función de la difusión internacional de la película. El contrato estipula que una parte de la financiación llegará tras el estreno mundial de la película en el festival de cine de Berlín o en un festival de similar prestigio internacional.

Con esta película de Madrid, el director de Annie Hall regresará a España por tercera vez, tras haber rodado Vicky Cristina Barcelona (2008) y Rifkin's Festival (2020).

La presencia de nombres de ciudades en los títulos de la vasta cinematografía del director neoyorquino, con más de 50 largometrajes en su trayectoria, no es inusual. Entre ellas, además de la cinta grabada en Barcelona, también figuran otros ejemplos como Un día lluvioso en Nueva York (2019), A Roma con amor (2012), Medianoche en París (2011) y La rosa púrpura de El Cairo (1985).

Ayer, 30 de noviembre, el actor neoyorquino cumplió 90 años al pie del cañón y los celebró sin ningún deseo de retirarse. El próximo año rodará en España su nueva película y ya ha anunciado que incluirá el nombre de Madrid en su título.

 
XII. REFLEXIONES FINALES: EL HOMBRE DETRÁS DE LAS GAFAS

¿Quién es realmente Woody Allen? ¿Es el neurótico encantador de sus películas? ¿El intelectual torturado que cita a Kierkegaard mientras hace reír? ¿El músico apasionado que prefiere tocar el clarinete a recoger un Oscar? ¿O es la figura polémica que divide opiniones y genera debates encendidos?

Barbara Kopple, autora del documental Wild Man Blues, que seguía los pasos de Allen durante su gira con la orquesta, dijo que su objetivo era pasar mucho tiempo con el cineasta para captar cómo era realmente en la intimidad. Pensaba que su imagen de neurótico, ingenioso y divertido era sólo una pose, que gustaba de cultivar en público, y que no se correspondía necesariamente con la realidad. Frente a las cámaras, en un principio, Allen seguiría comportándose como en sus películas, interpretando el papel de sí mismo, hasta que se aburriera, y entonces saldría a la luz el verdadero Allen.

La conclusión de la cineasta fue muy sencilla: Woody Allen es siempre igual, tal y como creemos que es por la imagen que da de sí mismo en sus películas.

Quizás esa sea la clave para entender a este artista singular: no hay máscara, no hay personaje. El Woody Allen de las películas, el de los monólogos, el del clarinete, el de las entrevistas, es siempre el mismo hombre. Un hombre que ha dedicado su vida al arte, que ha explorado con honestidad brutal sus propias neurosis y las ha convertido en material cómico, que ha amado a Nueva York con devoción religiosa y la ha filmado como nadie más lo ha hecho.

Woody Allen es una figura mítica con una amplia trayectoria cinematográfica que abarca más del medio centenar de películas centradas en una serie de temas clave recurrentes: el amor, el sexo, la muerte, la religión o el dinero. Estos temas suele abordarlos en forma de comedia agridulce o drama existencial, con tintes de sarcasmo e ironía con los que trata de restar importancia a situaciones dramáticas o comprometidas.

A los 90 años, Woody Allen sigue escribiendo, sigue creando, sigue tocando su clarinete. Sigue siendo, en definitiva, el mismo hombre que hace siete décadas empezó a enviar chistes a los periódicos neoyorquinos porque era demasiado tímido para firmarlos con su verdadero nombre.

Las polémicas lo rodean, es cierto. Las acusaciones, aunque desestimadas judicialmente, han dejado una marca indeleble en su imagen pública. Muchos actores se niegan a trabajar con él; muchos espectadores se niegan a ver sus películas. Pero también es cierto que su legado cinematográfico es innegable, que sus películas han influenciado a generaciones de cineastas, que frases de sus guiones se han incorporado al acervo cultural de Occidente.

Hoy, 1 de diciembre de 2025, un día después de su nonagésimo cumpleaños, Woody Allen prepara su próxima película. Será rodada en Madrid, la ciudad que ha elegido como nueva musa. Y cuando las cámaras empiecen a rodar, cuando el director grite «¡Acción!» por enésima vez en su carrera, se cerrará un círculo que empezó hace noventa años en un modesto apartamento de Brooklyn.

Porque al final, más allá de las controversias, de los premios, de las polémicas, queda el cine. Quedan las películas. Queda Annie Hall caminando por Central Park. Queda Manhattan en blanco y negro, con Rhapsody in Blue sonando de fondo. Queda Midnight in Paris y su nostalgia por una época dorada que quizás nunca existió. Queda Match Point y su reflexión sobre el azar y la culpa. Quedan cincuenta películas que han hecho reír, llorar y pensar a millones de espectadores en todo el mundo.

Y eso, al final, es lo que permanece. El arte permanece. Las películas permanecen. Woody Allen, el genio neurótico del cine, cumple 90 años. Y sigue filmando.

 
FIN

 
FUENTES CONSULTADAS

EFE / Infobae: «Woody Allen cumple 90 años: aclamado en el cine y polémico en la vida» (30 de noviembre de 2025)
El Día: «Woody Allen cumplió 90 años entre luces y sombras» (1 de diciembre de 2025)
Noticias de Navarra / EFE: «Woody Allen cumple 90 años como un referente del séptimo arte rodeado de polémicas»
Diario Libre: «Celebrando a Woody Allen: 90 años de cine y controversias»
El Tiempo (Colombia): «Woody Allen llega a sus 90 años como referente del cine mundial»
Eje Central: «Woody Allen cumple 90 años: ¿cómo inició en el cine?»
El Debate: «Las polémicas que persiguen a Woody Allen al cumplir 90 años»
Wikipedia: Woody Allen (biografía y filmografía)
Decine21: Biografía de Woody Allen
Fnac: Biografía y bibliografía de Woody Allen
FilmAffinity: Woody Allen - Filmografía y premios
Fotogramas: «Las 21 mejores películas de Woody Allen»
Museo de Cera de Madrid: «Las mejores películas de Woody Allen»
Lecturalia: Reseña de ¿Qué pasa con Baum?
All About Jazz: Woody Allen Musician
Vozpópuli: «Woody Allen, más que un cineasta: su pasión por el jazz»
El Español / El Cultural: «Woody Allen convence con la New Orleans Jazz Band»
El Confidencial Digital: «Woody Allen convertirá Madrid en su próximo plató de cine»
Euronews: «Madrid invierte 1,5 millones en la nueva película de Woody Allen»
OK Diario: «Madrid tendrá su película dirigida por Woody Allen»
The Objective: «Woody Allen rodará su próxima película en Madrid»
¡Hola!: «Woody Allen, el cineasta detrás del romance entre Penélope Cruz y Javier Bardem»

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Redacción
Efemérides28 de noviembre de 2025

El 27 de noviembre de 1895, hace exactamente 130 años, fallecía en Marly-le-Roi, Francia, uno de los dramaturgos y novelistas más influyentes del siglo XIX: Alexandre Dumas hijo. Su partida marcó el fin de una era literaria que había revolucionado tanto la novela como el teatro francés, dejando una huella imborrable en la cultura occidental a través de su obra más célebre, La dama de las camelias.

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El día que nadie recuerda: cuando Sucre decidió jugársela toda

Redacción
Efemérides23 de noviembre de 2025

Seamos honestos: nadie se acuerda del 23 de noviembre. Ni siquiera en Perú, donde ocurrieron los hechos. La fecha se pierde entre el ruido de Junín (6 de agosto) y el estruendo de Ayacucho (9 de diciembre). Pero hace exactamente 201 años, ese día aparentemente anónimo, Antonio José de Sucre tomó la decisión más arriesgada de su carrera militar: lanzar a un ejército hambriento, mal equipado y profundamente dividido contra las últimas fuerzas del Imperio español en América del Sur.

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Eça de Queiroz: 180 años después, el escritor que convirtió la ironía en una forma de lucidez

Redacción
Efemérides23 de noviembre de 2025

Dentro de dos días, Portugal recordará los 180 años del nacimiento de Eça de Queiroz, y la fecha vuelve a traer a la superficie una certeza que nunca se ha ido: pocas figuras literarias han moldeado con tanta profundidad la identidad cultural de un país. Más que un novelista, más que un cronista, Eça fue el autor que enseñó a los portugueses a mirarse de frente, sin adornos, sin mitologías complacientes. Y quizá por eso sigue siendo tan moderno: porque la honestidad en la literatura nunca envejece.

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Bolivia: El amanecer de una nueva era tras dos décadas de despilfarro

Redacción
EditorialEl lunes

Hace menos de un mes, el 8 de noviembre, Rodrigo Paz Pereira juró como presidente de Bolivia con una fórmula que marcaba ya una ruptura simbólica: «Dios, patria y familia, sí, juro». Con esas palabras, pronunciadas bajo la lluvia que él mismo interpretó como una «limpia» de la Pachamama, se cerraba un ciclo de casi veinte años de hegemonía del Movimiento al Socialismo y se abría un capítulo inédito en la historia del país altiplánico.

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