Las tres áreas clave que Europa no debe pasar por alto si quiere mejorar su seguridad

Para los Estados miembros de la UE, junto con socios afines como Canadá, Noruega, Turquía y el Reino Unido, el rearme no puede retrasarse más.

Análisis27 de marzo de 2025 Michele Testoni
Soldados alemanes participan en el desfile militar del Día Nacional de Rumanía en Bucarest. Mircea Moira/Shutterstock
Michele Testoni, IE University

La segunda Administración Trump ha experimentado una agresiva restauración de la política exterior de “Gran Garrote”. En solo dos meses, Trump ya ha provocado guerras comerciales con Canadá, México y la Unión Europea (UE), ha amenazado con anexionar Groenlandia y retirar a EE. UU. de la OTAN, ha iniciado negociaciones con Rusia para alcanzar un alto el fuego en Ucrania y ha suspendido la ayuda militar a Kiev.

Es comprensible que esta postura sea motivo de alarma en todos los Estados europeos, que ahora han convertido la seguridad de todo el continente en una prioridad absoluta. El 4 de marzo, la Comisión Europea puso en marcha el programa Preparación 2030 (como se ha rebautizado el Plan ReArm Europe), un revolucionario paquete de medidas que pretende aumentar el gasto de la UE en defensa en 800 000 millones de euros en un periodo de cuatro años.

El 14 de marzo, el canciller alemán en funciones, el conservador Friedrich Merz, también obtuvo apoyo para reformar el freno constitucional de la deuda del país, allanando el camino para un plan de gasto innovador de hasta un billón de euros en proyectos de defensa e infraestructura. “Alemania ha vuelto”, declaró, en un momento que marcó el final de más de dos décadas de estricto conservadurismo fiscal.

Mientras se están tomando medidas decisivas en todo el continente, los responsables políticos y la opinión pública de Europa parecen haber sido cogidos por sorpresa. El debate público está impulsado en gran medida por consideraciones emocionales, y las decisiones políticas están dominadas por el pensamiento a corto plazo y la falta de planificación estratégica.

Con gran parte de la atención de los medios centrada en la compra de armas y municiones, faltan varios elementos cruciales en el debate sobre el fortalecimiento de la defensa europea. Podemos clasificarlos en tres áreas clave.

1. Reclutamiento masivo de militares

Los Estados miembros de la UE, así como los aliados de la OTAN que no son EE. UU., tendrán que aumentar su mano de obra reclutando un número masivo de nuevos soldados para compensar la disminución de la presencia militar estadounidense en Europa y su compromiso con ella.

Pero ¿cuántas tropas necesita Europa para protegerse, defender Ucrania y disuadir nuevas agresiones rusas? Un informe reciente dice que entre 200 000 y 300 000, aproximadamente el mismo tamaño de la nueva fuerza de la OTAN aprobado en la Cumbre de la OTAN de 2022 en Madrid.

También está la cuestión, sumamente compleja, de dónde vendrán estas nuevas tropas. Convertir ejércitos nacionales más pequeños en una fuerza de combate más grande no es nada fácil, especialmente en términos políticos y sociales. Habrá que abordar ciertos dilemas fundamentales, como a quién respondería en última instancia una fuerza de defensa europea, o qué pasaría si una decisión de defensa europea chocara con la política interna.

2. El paraguas nuclear de Francia

Los Estados europeos tendrán que invertir en disuasión nuclear, además de convencional. El presidente francés Emmanuel Macron ha sugerido recientemente ampliar el paraguas nuclear de Francia para cubrir a sus socios de la UE. Sin embargo, persisten las dudas sobre si la actual “force de frappe” (fuerza de choque) es suficiente para protegerse contra el arsenal mucho mayor de Rusia.

Del mismo modo, el Reino Unido está reconsiderando el papel de sus misiles nucleares lanzados desde submarinos Trident, aunque se trata de un sistema obsoleto y muy dependiente de EE. UU.

Los desacuerdos sobre la fuerza nuclear ya se están haciendo evidentes: el presidente de Polonia, Andrzej Duda, recientemente pidió a EE. UU. que emplazara armas nucleares en suelo polaco. Esto puede parecer razonable, ya que Varsovia es el país de la OTAN que más gasta en defensa en relación con su PIB, pero externalizar la defensa de Europa a Washington socava el objetivo fundamental de rearmar Europa.

3. Coordinación internacional

La logística y las adquisiciones presentan un gran obstáculo. El 18 de marzo, la Comisión de la UE presentó el nuevo Libro Blanco sobre el futuro de la defensa europea. Se trata de un conjunto de directrices sobre cómo impulsar la producción y la preparación militar, y desarrollar un verdadero mercado único europeo de defensa en una serie de proyectos clave de capacidad a través de la adquisición colaborativa y proyectos paneuropeos de defensa a gran escala.

En las circunstancias actuales, es crucial aumentar la eficiencia y evitar duplicaciones innecesarias. Según el experto del Instituto de Estudios de Seguridad eurupeo (EUISS) Giuseppe Spatafora, “la UE debería proponer utilizar los nuevos instrumentos de financiación para desarrollar los facilitadores a escala europea que son necesarios para disuadir o luchar con éxito contra Rusia sin los EE. UU.”. Esto se refiere, entre otras cosas, al mando y control del campo de batalla (C2), a los ataques de largo alcance, la supresión de las defensas aéreas enemigas (SEAD, por sus siglas en inglés) y a los sistemas de inteligencia.

Riesgos y obstáculos

Para los Estados miembros de la UE, junto con socios afines como Canadá, Noruega, Turquía y el Reino Unido, el rearme no puede retrasarse más. El inquietante revisionismo de la Administración Trump es una llamada de atención existencial para que Europa avance hacia una Unión mucho más integrada. Esto requiere deliberación, visión y liderazgo. Las oportunidades siempre conllevan riesgos, y estos pueden, de nuevo, agruparse en tres categorías.

La primera es el apoyo público. Aunque muchas encuestas muestran que los europeos están cada vez más a favor de ser más autónomos de EE. UU., esto entra en conflicto con sus opiniones sobre los instrumentos, los costes y los objetivos de una defensa europea más independiente.

Estas son algunas de las conclusiones del informe Next Generation Security, dirigido por mí y publicado recientemente por IE University. En lo que respecta a la defensa, las generaciones más jóvenes de Europa occidental se caracterizan por la falta de información, las prioridades contrapuestas y una reticencia general a pagar los mayores costes que conlleva mantener un ejército europeo.

Servir en el ejército, o tomar las armas en caso de un futuro conflicto armado, no parece ser una opción en absoluto para la mayoría de los miembros de la Generación Z.

El segundo riesgo está relacionado con la persistente fragmentación de la industria de defensa europea. Más del 70 % de las adquisiciones de defensa realizadas por los Estados miembros de la UE entre febrero de 2022 y junio de 2023 procedían de fuera de la UE, principalmente de EE. UU.

Europa no puede deshacerse de sus dependencias de EE. UU. de inmediato, pero puede tomar medidas inteligentes para minimizar su falta de autonomía estratégica. En concreto, necesita fomentar un mayor nivel de inversión y más empresas conjuntas y coproducciones público-privadas en la industria y la tecnología.

El tercer riesgo es la falta de un marco estratégico coherente para gestionar la defensa de Europa. En la situación actual, hay dos opciones posibles: un pilar europeo reforzado dentro de la OTAN o un grupo de la OTAN (sin EE. UU.) conectado a la UE. En este momento, no está claro qué fórmula funcionaría mejor.

Sin embargo, lo que está claro es que Preparación 2030 deja a los Estados miembros de la UE un grado sustancial de poder para decidir el formato, el propósito y la magnitud del despliegue. Si bien esta disposición puede aliviar las preocupaciones de algunos gobiernos nacionales sobre la centralización excesiva de la Comisión de la UE, corre el riesgo de perpetuar la actitud de “hazlo a tu manera” de la defensa europea. Esto puede obstaculizar su eficiencia y frustrar las expectativas.The Conversation

Michele Testoni, Professor of International Relations, IE University

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

© 2025 elfaro24.com. Este artículo está bajo la licencia Creative Commons Atribución-Sin Derivadas 4.0 Internacional (CC BY-ND 4.0). Se permite su redistribución con atribución, pero está prohibido modificarlo o alterar su contenido.

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