
Kennedy: de la impunidad, al limbo de los documentos desclasificados
Opinión21 de marzo de 2025 Franco Gamboa RocabadoEste mes de marzo de 2025, el gobierno del presidente Donald Trump ordenó, una vez más, la liberación de miles de documentos secretos (ahora desclasificados), relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963. Aparentemente, esta acción es un esfuerzo por cumplir con la Ley de Recopilación de Registros del Asesinato del Presidente Kennedy de 1992, que exigía la publicación completa de los archivos antes de 2017, aunque todo se había suspendido por razones de seguridad nacional.
Los documentos recientemente desclasificados proporcionan detalles adicionales sobre “operaciones encubiertas” de Estados Unidos durante la Guerra Fría, incluyendo la Operación Mangosta, dirigida contra Cuba y Fidel Castro en la década de los años sesenta. También revelan que la CIA investigó exhaustivamente una posible implicación de Castro en el asesinato, aunque no encontró pruebas definitivas. Además, se descubrió que la CIA colaboró con la mafia estadounidense en intentos de asesinato contra Castro, ofreciendo dinero por su eliminación. ​Sin embargo, la publicación de estos archivos no ha aportado pruebas definitivas que alteren la conclusión oficial donde Lee Harvey Oswald actuó solo en el asesinato de Kennedy. Las teorías sobre una conspiración persisten y la falta de revelaciones impactantes en estos documentos no ha cambiado significativamente la narrativa establecida: no hubo golpe de Estado, no hubo traición y tampoco conspiración política. ​
La desclasificación de nuevos archivos, solamente ha proporcionado información adicional sobre el “contexto histórico” y las operaciones de inteligencia de aquella época. Por lo tanto, todo permanece en la total impunidad y no cambia, para nada, la comprensión del asesinato de Kennedy, ni tampoco se han resuelto las dudas y teorías que perduran durante más de seis décadas.
Este famoso asesinato político, cayó nuevamente en el limbo de la impunidad oscura sobre lo que realmente sucedió y quiénes fueron los responsables el 22 de noviembre de 1963. Este crimen seguirá siendo uno de los acontecimientos más funestos y polémicos de la historia moderna de Estados Unidos. Si bien la investigación oficial de la Comisión Warren concluyó que Oswald fue un psicópata solitario, muchos creen que hubo un monumental complot y una cadena traiciones. En el fondo, jamás se conocerá la verdad porque se le tiene miedo.
Varias hipótesis sugieren que Oswald no trabajó solo. Independientemente de si hubo o no un complot, lo que es importante reflexionar gira en torno a cómo la muerte de Kennedy tuvo un impacto profundo en Estados Unidos y todo el mundo. JFK fue un líder carismático y visionario que luchó por la paz, la justicia y la igualdad, en una época de cambio y turbulencia social. Por lo tanto, su muerte fue también una consecuencia terrible de la Guerra Fría, de una época infectada por el odio racial, así como resultado de las ambiciones desmedidas en el ámbito de la mafia, los negocios millonarios y el crecimiento tenebroso de una burocracia estatal, acostumbrada a los planes secretos y al espionaje obsesivo.
Después de más de sesenta años, el legado de Kennedy sigue vivo, así como las “dudas” sobre el informe de la Comisión Warren que nunca quiso ir más allá de la teoría de un solo asesino. El llamado a la acción y la responsabilidad ciudadanas de JFK, todavía es relevante en la actualidad, especialmente cuando se trata de enfrentar desafíos como la desigualdad económica, la polarización política y un mínimo de valor civil en la oficina presidencial.
A pesar de la falta de pruebas en las teorías sobre la conspiración, sigue destacando la hipótesis del “golpe de Estado”, tal como se presenta en la película de Oliver Stone “JFK” (1991), donde se afirma que un siniestro plan fue elaborado por una serie de agencias gubernamentales y élites del poder, terminando de forma confusa en una maquinación de la CIA, la mafia, elementos de la industria militar y la vileza de políticos de alto rango que se aprovecharon de un presidente joven y con ganas de cambiar, de alguna manera, las visiones oligárquicas de la política.
Varias burocracias se unieron para eliminar al presidente, debido a sus políticas de “izquierda” y su postura hacia la guerra de Vietnam, afirman los fieles admiradores de JFK. Esta teoría fue criticada por los expertos porque no existen pruebas irrebatibles. Lo que está relativamente claro, es que JFK fue el mártir de una intriga que pudo haberse detectado a tiempo. Muchos argumentos presentados por Stone en su película, no estuvieron totalmente desacreditados, sino que fueron retomados en el documental “JFK Revisited Through the Looking Glass” del año 2021, donde se vuelve a plantear la participación de la CIA, precisamente por ser una burocracia acostumbrada a llevar cualquier complot hasta los extremos más viles. Cuando el día de su muerte, JFK desfilaba sonriente y feliz ante el enorme cariño de la gente, el atentado fue perpetrado de manera tan ruin que el juego del poder sepultó, de inmediato, toda posibilidad de justicia y esclarecimiento.
La verdad sigue oculta y no se trata de identificar sólo a los autores, quienes luego de sesenta años, probablemente ya murieron, sino de comprender por qué Kennedy fue asesinado tan impunemente y qué implicaciones siguen apareciendo para la sociedad. El atentado mostró que la supervivencia democrática estaba relacionada con élites que buscaron mantener una influencia plutocrática sobre el sistema político, a un alto costo humano. Además, la traición y la teoría del golpe, revelan que la toma de decisiones en la democracia de aquella época, hizo muy difícil encontrar soluciones consensuadas.
El atentado precipitó acciones autoritarias y abusivas, llegando inclusive a comenzar la Guerra de Vietnam. A esto apunta el increíble testimonio de James Files, un ex militar que afirmó haber sido el tirador que mató a JFK desde la hierba en Dealey Plaza. Files proporcionó detalles sobre el crimen, aunque sus afirmaciones son objeto de escepticismo. Sin embargo, la existencia de fuego cruzado y la presencia de asesinos profesionales, fue dramáticamente demostrada por Josiah Thompson en The last second in Dallas, publicado por la Universidad de Kansas en 2021.
El asesinato de Kennedy continúa exigiendo la necesidad de entender mejor los desafíos de la política democrática, donde la conspiración abierta refuerza la idea de una tenebrosa perfidia, un vergonzoso escándalo sin fin y una triste tragedia, que la oligarquía en Estados Unidos prefiere olvidar. La desclasificación reciente de más documentos sobre el asesinato, permanecerán en el limbo.
* La opinión expresada en este artículo es de exclusiva responsabilidad del autor y no representa una posición oficial de elfaro24.com


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