Los peligrosos

Opinión08 de marzo de 2025 Alfonso Gumucio Dagron

En el pico de la pandemia del coronavirus, durante la mayor parte del año 2020, cuando no habían llegado a Bolivia las vacunas, todos debíamos protegernos para evitar que nos contagien y para no contagiar a otros. Poco se sabía y el pánico era razonable al ver las cifras de fallecidos en el mundo, y mucho más cerca, la cantidad de personas queridas que murieron infectadas, o pasaron momentos muy duros y quedaron afectadas hasta hoy. Aprendimos a usar barbijo todo el tiempo, incluso dentro de la casa, ya que el virus podía esconderse, manifestarse traicioneramente cuando uno menos se lo esperaba. Entendimos que el distanciamiento físico era importante, porque a mayor cercanía, mayor posibilidad de contagiar (se). Las botellitas de alcohol se convirtieron en compañeras inseparables y fueron un buen escudo contra el coronavirus.

En esa época, tomar transporte colectivo era arriesgado. Tanto los autobuses PumaKatari como las cabinas del teleférico se desinfectaban todas las noches, dando cierta seguridad a los usuarios, pero entrar a esas latas de sardinas que son los minibuses era pasar 20 o 30 minutos de angustia, sobre todo cuando alguien tosía al lado. Lo mejor era sentarse junto a una ventana y abrirla. Pocos choferes de minibús seguían al pie de la letra las normas obligatorias de la alcaldía. Algunos ofrecían alcohol a los usuarios e incluso una división de plástico entre el chofer y la parte trasera del vehículo, pero la mayoría seguía indiferente, aunque la situación era realmente alarmante. En este país de desmemoria, muchos ya han olvidado esa etapa.

Cuando uno se veía obligado, por razones de ruta o de tiempo, a tomar un minibús, enfrentaba un peligro, por eso desde entonces me acostumbré a llamar “peligrosos” a los minibuses. Tomar un “peligroso” para ir de un punto a otro de la ciudad era correr el riesgo de toparse con gente sin barbijo, que hacía gala de su desobediencia civil y de su desprecio por el prójimo. Algunos choferes no los dejaban subir a sus vehículos, pero a otros les importaba un comino. Las discusiones dentro del “peligroso” a veces se tornaban violentas, cuando los pasajeros que cumplían las normas se enfrentaban a los que no querían cumplirlas. Una vez escuché a un negacionista decir que no se iba a contagiar, y si se contagiaba se iba a curar comiendo chuño. Probablemente era un seguidor de Choquehuanca.

Aquella etapa de la pandemia parece haber pasado. Ya no es obligatoria la vacunación ni el barbijo, y la mayoría de la población ha bajado los brazos (hasta que otra vez tropecemos con la misma piedra). Sin embargo, los “peligrosos” siguen inundando las calles como un rio caudaloso, y siguen siendo peligrosos por otras razones que son de conocimiento público: no respetan las normas de circulación establecidas y provocan graves accidentes de los cuales no se hacen responsables.

Cuando a fines del mes de enero fue atropellada por un minibús descontrolado una joven estudiante de Comunicación Social de la UMSA, no se estableció una responsabilidad que permitiera resarcir el daño ocasionado a esa persona cuya familia tuvo que desembolsar más de diez mil dólares para cubrir el costo de cuatro operaciones sucesivas de reconstrucción ósea. La joven salvó la vida milagrosamente, pero en otros casos similares que registran los medios de información, ha habido muertos sin que nadie se haga responsable. A los choferes los toman presos unos meses, pero eso no soluciona el problema de las víctimas. Lo lógico sería que el resarcimiento se haga mediante la venta del vehículo causante del daño, ya que no existe propiamente una empresa de transporte que asuma la responsabilidad.

En las semanas del bochornoso carnaval hemos tenido accidentes en las carreteras que han causado más de 70 muertos, por no respetar normas elementales, como no conducir borrachos. Las “sanciones” de la ATT son grotescamente ridículas: se suspende a la empresa infractora durante 15 días. Es decir, la vida de las víctimas solo vale unas horas del negocio. En países civilizados, sus licencias serían suspendidas definitivamente o por lo menos durante un año o dos, para sentar el ejemplo, y se les obligaría a resarcir económicamente a las familias de las víctimas.

Esto nos lleva a repensar el modelo de transporte de pasajeros que tenemos en Bolivia. Sucede que detrás de “cooperativas” o “sindicatos” de choferes (que en realidad son propietarios de sus vehículos) se esconde un transporte que por error y omisión llamamos “público”, cuando en realidad es transporte privado. Su crecimiento ha sido exponencial durante los casi 20 años del MAS, sobre todo en la época dorada de despilfarro durante la gestión de Evo Morales, cuando se otorgó a los transportistas privados de las ciudades créditos blandos y numerosas ventajas para importar vehículos y obtener así su adhesión incondicional al régimen prebendal. Más aún, se compró a la dirigencia de choferes otorgándole por debajo de la mesa un porcentaje de las recaudaciones del peaje de la autopista a El Alto, sin que la opinión pública tuviera conocimiento.

Los minibuses “peligrosos” han saturado las ciudades de La Paz y de El Alto. Su poder político es tal, que suelen doblegar con sus demandas a las alcaldías. Escapan al control de la inútil Policía de Tránsito, que les tiene miedo. En una época se hacían controles rutinarios de placas clonadas y de licencias de conducir truchas, lo que permitió detectar una cantidad de irregularidades que cometen los “peligrosos”, pero esas batidas ya no se hacen y no sabemos en qué condiciones de legalidad circulan los minibuses y sus conductores. La Policía duerme en sus laureles, más corrupta que nunca. Pero para el carnaval, aparecen de pronto “15 mil efectivos”, que nunca vemos en las calles en días normales.

Son innumerables los casos de asaltos, robos e incluso violaciones y secuestros dentro de los “peligrosos”, muchas veces en complicidad con los choferes. Por lo general esos casos no son debidamente sancionados y los culpables vuelven a circular y a reincidir en poco tiempo, porque tenemos una justicia corrupta, manejada por tinterillos sin ética ni moral. No es gratuito el nombre de “abogánsters” con el que se los conoce.

Queda claro que los accidentes que se producen con pérdidas mortales y heridos graves, atribuidos a “fallas técnicas”, son la prueba fehaciente de que los “peligrosos” pasan ilegalmente los controles técnicos y consiguen las rosetas de circulación a través de un sistema de corrupción que involucra a la Policía.

Todo eso tendría que cambiar. La supervisión técnica debería estar en manos de empresas acreditadas, que presten un servicio adecuado y restrinjan la circulación de vehículos y choferes no aptos, porque ponen en riesgo la seguridad de las personas. Pero, sobre todo, tendríamos que seguir la tendencia de países como Colombia o México, donde el llamado “transporte libre” (que no es otra cosa que mafias de cooperativas privadas), ha ido desapareciendo poco a poco en la medida en que se ha puesto un mayor énfasis en el transporte municipal, el verdadero transporte público urbano. Muchos choferes que funcionaban por su cuenta, sin regulación apropiada, han sido absorbidos (previa capacitación) como empleados por el transporte público urbano, que se ha fortalecido con medidas como carriles exclusivos a los que no tienen acceso los vehículos privados. Quisiéramos ver en el más breve plazo a nuestras ciudades libres de esos “sindicatos” de transportistas mafiosos, que hacen lo que les da la gana sin control, y son instrumentos políticos de los gobernantes.

En la primera semana de marzo, aprovechando la borrachera de carnaval, se ha incrementado el precio de los pasajes de minibuses en la ciudad de La Paz. El alcalde de la ciudad que juraba defender a los usuarios, otra vez ha entregado las nalgas a las mafias. Es un perro que ladra, pero no muerde. Hace tremenda alharaca cada vez, pero luego pacta con las mafias. Está más preocupado en cosas inútiles que en temas urgentes. Por ejemplo, pavimenta avenidas que ya tenían pavimento o “arregla” (según él) plazas que están ahora peor que antes. Coloca con recursos público un enorme letrero que no sirve para nada más que para llenar bolsillos con dinero de los contribuyentes. En su ignorancia, ni siquiera se ha enterado que el famoso letrero de “Hollywood” en Los Ángeles está financiado con aportes del sector privado vinculado a la industria cinematográfica de California.

Insistiré las veces que sea necesario: el único camino es fortalecer el transporte público municipal y departamental con mayor inversión en proyectos como el PumaKatari. En Colombia, México, Brasil, Chile, Ecuador y casi todos los países de la región, los sistemas integrados de autobuses con carril exclusivo y plataforma elevada de abordaje, han dado un estupendo resultado. Luego de varias décadas de éxito, se ha reforzado el sistema con vehículos eléctricos respetuosos del medio ambiente. Todavía estamos lejos de ese grado de civilización, pero seguiremos insistiendo hasta que lleguen a nuestra ciudad alcaldes más responsables y con visión de futuro. No como este que tenemos (cuyo nombre ya ni siquiera vale la pena mencionar), de frente estrecha y miope.  

A riesgo de decir algo que se repite con frecuencia pero que nunca sucede en países marginales como el nuestro, afirmaremos de nuevo: “País desarrollado no es donde pobre tiene auto. Es donde rico usa transporte público”, porque es bueno y seguro.

@AlfonsoGumucio es escritor y cineasta 

© 2025 elfaro24.com. Este artículo está bajo la licencia Creative Commons Atribución-Sin Derivadas 4.0 Internacional (CC BY-ND 4.0). Se permite su redistribución con atribución, pero está prohibido modificarlo o alterar su contenido.

Últimas noticias
Moscow_July_2011-16

Putin rechaza un alto el fuego inmediato mientras Rusia avanza en Kursk y EE.UU. presiona por negociaciones

Redacción
InternacionalHace instantes

El presidente ruso Vladimir Putin ha descartado un cese al fuego inmediato en Ucrania, argumentando que solo beneficiaría a Kyiv mientras las fuerzas rusas consolidan su control en Kursk. Mientras tanto, Estados Unidos, a través de su enviado especial Steve Witkoff, busca mediar en el conflicto con una propuesta de tregua de 30 días, respaldada por Ucrania. Sin embargo, la falta de consenso y los avances militares rusos complican la posibilidad de una solución diplomática en el corto plazo.

Gonzalo-Rojas-Ortuste-e1629733265528-1

Gonzalo Rojas Ortuste: “La crisis democrática en Bolivia comenzó en 2016 y aún no ha terminado”

José Ochoa Renjel
EntrevistasHace 2 horas

En esta conversación con el Dr. Gonzalo Rojas Ortuste, abordamos el estado actual de la democracia en Bolivia, los desafíos que enfrenta la oposición y la necesidad de una reforma estructural en el sistema judicial. Con una perspectiva crítica y fundamentada, el politólogo boliviano analiza cómo la transgresión del referéndum de 2016 marcó el inicio de una crisis política que aún persiste, así como las oportunidades que podrían surgir de una oposición más cohesionada de cara a las elecciones de 2025.

Donald_Trump_at_Aston,_PA_September_13th_(a)

Donald Trump y la diplomacia sin hipocresía: una copa de champán en Washington

Mauricio Ochoa Urioste
EditorialHace 5 horas

La diplomacia no siempre se trata de discursos elegantes o de mantener las formas, sino de entender con quién se está tratando y cómo lograr resultados. Donald Trump, con su estilo irreverente, ha demostrado que muchas veces la franqueza vale más que la hipocresía. Mientras Europa y América Latina han pasado años viéndolo como una amenaza, quizás sea momento de mirarlo con otros ojos: como un líder con el que se puede negociar, siempre que se comprenda su lógica y se actúe con inteligencia.

Imagen de WhatsApp 2025-03-13 a las 13.47.32_9e340eaf

La COB: de defensora de los trabajadores a aliada del poder

Mauricio Ochoa Urioste
EditorialHace 5 horas

La Central Obrera Boliviana (COB) ha dejado de ser la voz combativa de los trabajadores para convertirse en una sombra dócil del poder. En tiempos donde el pueblo boliviano enfrenta una crisis económica palpable, con la escasez de dólares golpeando sectores productivos y un mercado informal cada vez más fuerte, su dirigencia prefiere repetir el discurso oficialista en lugar de exigir soluciones reales.

Imagen de WhatsApp 2025-03-13 a las 13.47.33_991f3a30

Huarachi minimiza la crisis de divisas y la COB respalda al gobierno en medio de tensiones económicas

Redacción
ActualidadHace 5 horas

El líder de la COB, Juan Carlos Huarachi, aseguró que en Bolivia “hay plata en bolivianos, lo que falta es dólares”, alineándose con el discurso del gobierno de Luis Arce en un contexto de escasez de divisas. Mientras el Ejecutivo insiste en que la economía se recupera, economistas advierten que la falta de dólares afecta sectores productivos y el poder adquisitivo de la población. La COB presentó su pliego petitorio exigiendo un incremento salarial del 20%, mientras crecen las críticas sobre su cercanía con el oficialismo.

Te puede interesar
Lo más visto
WhatsApp Image 2025-03-12 at 12.36.30 PM

Sima Baher: El arte como puente entre culturas y emociones

José Ochoa Renjel
EntrevistasAyer

Sima Baher, artista visual, poeta y escritora iraní radicada en Uruguay, comparte su trayectoria y visión sobre el arte como un medio de transformación social. En esta entrevista, reflexiona sobre su evolución creativa, la importancia del arte en América Latina y el compromiso de los artistas con la excelencia y la expresión genuina.

gobierno_13

Oposición boliviana cuestiona medidas de Arce ante crisis de combustibles

Redacción
ActualidadHoy

La oposición boliviana ha rechazado las medidas implementadas por el presidente Luis Arce para enfrentar la escasez de combustibles, calificándolas de restrictivas y comparándolas con estrategias aplicadas durante la pandemia. Líderes políticos han señalado que estas acciones reflejan una crisis más profunda en el país.

Donald_Trump_at_Aston,_PA_September_13th_(a)

Donald Trump y la diplomacia sin hipocresía: una copa de champán en Washington

Mauricio Ochoa Urioste
EditorialHace 5 horas

La diplomacia no siempre se trata de discursos elegantes o de mantener las formas, sino de entender con quién se está tratando y cómo lograr resultados. Donald Trump, con su estilo irreverente, ha demostrado que muchas veces la franqueza vale más que la hipocresía. Mientras Europa y América Latina han pasado años viéndolo como una amenaza, quizás sea momento de mirarlo con otros ojos: como un líder con el que se puede negociar, siempre que se comprenda su lógica y se actúe con inteligencia.

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email