Solucionar la economía pero también el sistema político
En plena crisis de combustibles en el país, resulta evidente que diversos actores políticos han centrado su atención al problema coyuntural. Pero, ¿es acaso también necesario centrar el debate en aquéllos problemas estructurales del país?. ¿Es acaso el declive económico el resultado de una mala praxis política?.
La crisis cambiaria, la escasez de combustibles, la ya inobjetable alza de precios que afectan al consumidor, han hecho que aparezcan "por arte de magia" personas y colectivos que como vendedores de humo, apuestan por un futuro mejor en el país. Muchos de estos nuevos actores, de talante claramente economicista, no entienden que la raíz del problema boliviano se encuentra en la necesidad de una nueva Constitución de reconciliación nacional, donde blancos, mestizos, criollos, pardos, morenos, indígenas, amarillos, y un largo etcétera, construyan las bases y principios fundacionales del país.
Es muy reduccionista pretender ligar los problemas presentes sólo a la inadecuada política económica del Movimiento al Socialismo. A este juego nos quieren llevar algunos arcistas y evistas.
Los principios fundacionales ut supra deben hallarse inscritos en la Carta Magna y sus leyes de desarrollo. Por ejemplo, la Ley Avelino Siñani, no ha roto el esquema de pésima educación en el país, porque bajo el eufemismo de lo plurinacional se inscribe otra faceta más lúgubre y sinuosa: la mala praxis de las autoridades. Y es que el prefacio de la Constitución de 2009, es un mito muy grande y tenebroso que precisa "sacudirse" para el bien de las futuras generaciones.
La Ley Avelino Siñani, es pues el resultado de la Constitución de 2009, que provoca una ruptura con los valores occidentales y la modernidad.
Vemos, en este ejemplo, que el origen de todos los males (entre los que se encuentra la educación) es de carácter absolutamente político.
Otro ejemplo de cómo el sistema político - léase la Constitución de 2009 - ha provocado desmanes, es la elección de magistrados. Nada más absurdo que eso. Si se tiene presente que el Judicial no es un órgano deliberativo, y están prohibidas las campañas electorales de los candidatos a jueces, es un despropósito constitucional que debe ser enmendado. Más aún si la justicia en Bolivia es un saludo a la bandera.
Otros problemas de grueso calibre en Bolivia son la forma de gobierno y la descentralización política real. Sería muy largo este editorial para referirnos a ellos. Nuestra opción es por el federalismo y el parlamentarismo.
En conclusión, no hay nada de malo hablar de economía en tiempos de crisis. Pero si no caemos en cuenta que es derivada de la política, entramos en un juego perverso y un fatal error.
Te puede interesar
Donald Trump y la diplomacia sin hipocresía: una copa de champán en Washington
La diplomacia no siempre se trata de discursos elegantes o de mantener las formas, sino de entender con quién se está tratando y cómo lograr resultados. Donald Trump, con su estilo irreverente, ha demostrado que muchas veces la franqueza vale más que la hipocresía. Mientras Europa y América Latina han pasado años viéndolo como una amenaza, quizás sea momento de mirarlo con otros ojos: como un líder con el que se puede negociar, siempre que se comprenda su lógica y se actúe con inteligencia.
La COB: de defensora de los trabajadores a aliada del poder
La Central Obrera Boliviana (COB) ha dejado de ser la voz combativa de los trabajadores para convertirse en una sombra dócil del poder. En tiempos donde el pueblo boliviano enfrenta una crisis económica palpable, con la escasez de dólares golpeando sectores productivos y un mercado informal cada vez más fuerte, su dirigencia prefiere repetir el discurso oficialista en lugar de exigir soluciones reales.
Diez medidas que pueden paliar la crisis energética
El anuncio hecho público por el Presidente boliviano, Luis Arce, para frenar al menos parcialmente la crisis energética en el país es una buena señal, pero tiene sus grandes bemoles.
Bolivia en la cuerda floja: inacción, crisis y una economía al borde del colapso
Bolivia enfrenta una crisis energética y económica sin precedentes, y el gobierno parece seguir atrapado en la negación. La escasez de dólares ha paralizado la capacidad del Estado para importar combustibles, poniendo en riesgo el abastecimiento interno y llevando al país a un escenario de colapso. Mientras el oficialismo insiste en repetir discursos vacíos y atribuir la crisis a factores externos, el tiempo se agota y la realidad es clara: Bolivia no tiene dólares suficientes para sostener su modelo económico basado en subsidios y dependencia de importaciones.
elfaro24.com: sus principios y su "carta constitutiva"
elfaro24.com se fundó hace pocos días atrás. El primer número es de fecha 1 de marzo de 2025. Espero remar muchos años más en este barco del periodismo digital.
El reto de una educación en la era digital
En el nuevo siglo, las materias primas han pasado a un segundo lugar respecto a la importancia mayor de la materia gris, es decir, del intelecto y la cultura.